Aparte de los retablos, bolsos artesanales también hayamos las figuras talladas en cuernos bovinos; sandalias de cuero repujado con las flores características del arte colonial; prendas de vestir diversas, como chalecos, chompas, ponchos y cinturones tejidos en lana de brillantes colores, en los que la finura de la trama se aúna a una exquisita combinación de matices; paisajes andinos pintados en vidrio y las alfombras y otros adornos de temas costumbristas hechos con piel de llama y alpaca.
Y los preciosos retablos en los que la delicadas y coloridas figuras de papel y yeso, encerradas en cajitas de madera, nos van narrando hechos y situaciones de diversos temas. Hay en ellos procesiones, donde fieles de compungidos rostros siguen las andas de efigies de vírgenes y santos; celebraciones en que los concurrentes muestran claros síntomas de embriaguez y la alegría que los embarga; tiendas donde las vitrinas lucen sombreros y prendas típicas.
La artesanía y el folclor son los mejores aliados del turismo, por eso, ambas actividades deberían contar con el apoyo prioritario de las autoridades del sector, como ocurre con la producción de otros países latinoamericanos, caso de Ecuador, Colombia y México, que llegan a los mercados de Estados Unidos y Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario